

Batallas cruentas, ajusticiamientos sumarios, intrigas palaciegas, el correr de los corceles y los gritos de los moribundos se suceden en unas páginas trepidantes que reúnen el añejo sabor de la crónica con el estilo y la penetració de la literatura contemporánea.
Casi 200 años antes de la caída de Constantinopla, el emperador Andrónico II, ante el peligro de una invasión turca, llamó en su ayuda a los almogávares, comandados por Roger de Flor. Fue este un caballero singular; de padre alemán y madre italiana, ingresó en la orden de los templarios, participando heroicamente en la defensa de Acre.Acusado de haberse enriquecido ilícitamente, tuvo que abandonar la orden, tras lo cual se dedicó a la piratería, entrando finalmente al servicio de Federico II de Sicilia. Para conseguir su ayuda, Andrónico II tuvo que nombrarlo megaduque y prometerle en matrimonio a su sobrina María, hija del zar de Bulgaria.
Una vez en Bizancio, las tropas catalanas participaron en inumerables batallas, derrotaron a los turcos, se enfrentaron a los alanos, fueron víctimas de conspiraciones y, tras el asesinato de Roger, devastaron Tracia y Macedonia al grito de ¡Despierta ferro! y encomendándose a San Jorge, en lo que se conoció como Venganza catalana.
Con una brillantez inusitada, Ramón J. Sender (1902-1982) novela estos hechos de un modo que el lector no olvidará fácilmente: batallas cruentas, ajusticiamientos sumarios, intrigas palaciegas, el correr de los corceles y los gritos de los moribundos se suceden en unas páginas trepidantes que reúnen el añejo sabor de la crónica con el estilo y la penetració de la literatura contemporánea.
Ficha técnica